Se dice que un profeta escribió
una vez sobre la arena
mientras su sombra callaba.
Y que el siroco borró
las únicas palabras
trazadas sin conocer la escritura.
Y que sólo la arena retuvo
el misterio de aquella mágica
sombra que también
curaba la ceguera. Y se amaron
las dunas y tornados
que hacia dentro arden
y todo lo transforman. Y
se esparcieron para recordarse
después como verbo
y objeto que coinciden
por azar en el centro
exacto del ser: Donde la poesía
también suprime
contrapuntos para luego sonar
contra sujetos invertidos
por su sombra. Y ya
juntos, cabalgar por los enigmas.
una vez sobre la arena
mientras su sombra callaba.
Y que el siroco borró
las únicas palabras
trazadas sin conocer la escritura.
Y que sólo la arena retuvo
el misterio de aquella mágica
sombra que también
curaba la ceguera. Y se amaron
las dunas y tornados
que hacia dentro arden
y todo lo transforman. Y
se esparcieron para recordarse
después como verbo
y objeto que coinciden
por azar en el centro
exacto del ser: Donde la poesía
también suprime
contrapuntos para luego sonar
contra sujetos invertidos
por su sombra. Y ya
juntos, cabalgar por los enigmas.
Miguel Veyrat
Miguel Veyrat és un poeta a qui segueixo pel Facebook, i que sovint penja joies com aquesta.
Va comentar aquest post amb una frase que també vull compartir amb vosaltres:
Jesús y Sócrates fueron ágrafos… y el tiempo demostró la fuerza colosal de las metáforas preñando toda la cultura de occidente. Todo lo escrito en libro ha fracasado prohibida su libre interpretación hasta el asesinato… “Lo escrito, escrito está” y no puede cambiarse ni la tilde de una “i”. Entre la palabra libre y el dogma escrito y sellado, sólo la poesía, con la música y el viento por compañeros.
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